La toxina botulínica (Bótox) produce parálisis muscular en los sitios en los que se aplica, evitando así la formación de esas arrugas que aparecen al gesticular. Tiene un efecto que comienza a hacerse notorio alrededor del sexto día posterior a la aplicación y su duración aproximada es de 6 meses. Los efectos de este medicamento aplicado por especialistas debidamente acreditados logran rejuvenecer la cara de forma muy poco invasiva, evitando la apariencia de rostros congelados o “cara de velocidad” que ninguno de nosotros quisiera tener.