En las últimas semanas hemos visto casos mortales: el primero fue a mediados de febrero donde una mujer de 33 años se sometió a una intervención en una clínica estética casera de avenida Departamental, en manos de un médico multado en su país de origen, y quien cotizaba con un descuento de cuatro millones de pesos; y el segundo caso es reciente, donde una joven de 20 años sufrió un paro cardiorespiratorio tras realizarse una abdominoplastia en una clínica estética de la comuna Providencia, hace menos de una semana.
En este tipo de episodio es donde se evidencian las faltas que se cometen en las clínicas que no cuentan con acreditación o estándar de calidad. Respecto a ello, el médico especialista en cirugía plástica y reconstructiva, Juan Pablo Cisternas, señala la importancia de resguardar la integridad de la salud de las personas en cualquier intervención o cirugía, y nos advierte que hay una base para ello llamado “Triángulo de Seguridad”, que consiste en un procedimiento correcto, un cirujano acreditado y un centro médico de complejidad apropiada.
“Es muy importante revisar quién va a ejecutar, comprobar que tenga certificaciones idóneas para el procedimiento”, afirma Cisternas, responsable además de reconstruir la cirugía a la que se sometió una mujer, en una cuestionada clínica de Tacna, ciudad que en reiteradas ocasiones se ven casos de cirugía plástica que tienen consecuencias graves.
Junto al doctor Rolando González Ciriano -en la ciudad de Arica- ambos profesionales revirtieron una paupérrima lipoabdominoplastia realizada a una mujer erróneamente convencida por los atractivos precios en cirugía plástica que se ofrecen en la ciudad de Perú. “Las secuelas que tuvimos que enfrentar derivan de una mala planificación quirúrgica, una mala ejecución de las técnicas, y complicaciones posteriores, que probablemente se pudieron haber evitado si se hubiera realizado un proceso más meticuloso”, agregó González.
Someterse a una cirugía parece sencillo, pero son bastantes los factores a considerar, aún cuando sean tratamientos no invasivos y ambulatorios. Elegir bien el centro médico y/o estético es una decisión de vida o muerte; y es una responsabilidad personal el verificar las competencias de quién será el encargado o encargada de llevar a cabo nuestras intervenciones.
En Chile, para ejercer como cirujano plástico, es necesario estudiar al menos siete años la carrera profesional de Medicina, tres años de Cirugía General y dos años de Cirugía Plástica. Formación profesional realizadas en programas validados y acreditados.Para más información se puede consultar en el Registro de Prestadores Acreditados y en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de salud de la página de la Superintendencia de Salud.
Según una publicación de la revista Chilena de Cirugía en 2014, en lugares debidamente acreditados, la tasa más baja de mortalidad reportada es dos por 100 mil cirugías plásticas de cualquier tipo, y de ellas más del 50% corresponde a muertes secundarias a la abdominoplastía. Se estima una tasa de mortalidad de alrededor de 20 muertes por 100 mil lipoaspiraciones y abdominoplastias.
Según reporta este mismo artículo las complicaciones más graves descritas son trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar post-operatorios, intoxicación por anestésicos locales, depresión respiratoria, sedación excesiva y shock anafiláctico. De las anteriores, el tromboembolismo pulmonar es probablemente la principal causa de muerte relacionada a Cirugía Plástica, abarcando el 57% de éstas según reportes estadounidenses.